"La
democracia es una fachada detrás de la cual sólo hay unas cuantas vigas
carcomidas por la polilla, llenas de polvo y excrementos. Los poderes
políticos y económicos pretenden mantener la decorativa fachada del
edificio democrático e impiden -con sus discursos machacones
(reiterativos y pesados) y con otros métodos- que verifiquemos que
detrás de la fachada existe algo todavía. A la democracia hay
que arrancarla del inmovilismo, de la rutina y de la falta de
credibilidad en sus propias virtudes; los factures rutina y falta de fe
en sí misma son los que convienen a los poderes económicos y políticos.
Si junto a la democracia política y, en un mismo plano, se situara la
democracia económica y cultural, otras serían nuestras sociedades, otro
nuestro mundo. Quizás todavía no sea demasiado tarde para pensar."
José Saramago.
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